Durante los
últimos días se activó un subsidio PROCODAS solicitado por Institución
Salesiana para el Taller San José Obrero, por el que el Ministerio de Ciencia y
Tecnología financiará los materiales y herramientas necesarias para la
construcción de una máquina para hacer ladrillos de suelo-cemento.
El proyecto
empezó a tomar forma unos años atrás gracias a la ganas persistentes del Arq.
Alvaro de Villar, del Ministerio de Desarrollo Social, de aportar a la
construcción natural en la zona. Desde el Taller San José Obrero escuchamos sus
ideas y, como lo hacemos siempre, pensamos en cómo podríamos sumarlas a nuestro
sentido, el que busca desde hace años devolver a los pibes y pibas de los
barrios de Bariloche ese lugar que muchas veces se les niega, el de las
oportunidades, la capacitación, el afecto, los sueños, el futuro.
En esta
sociedad faltaba la pata tecnológica, entonces apareció la Fundación INVAP para
desarrollar el nuevo diseño de la máquina, y también el acompañamiento
institucional necesario, que los que tenemos principalmente experiencia en el
trabajo cara a cara con los chicos, necesitamos para no naufragar en oficinas y
papeles.
El CET 2
nos prestó una vieja máquina CINVARAM construida hace años por sus alumnos con
rezagos de materiales, que nos servirá de base para el diseño mejorado de la
futura máquina que pretende aportar una línea de solución para las familias con
problemas habitacionales de la ciudad.
Los
ladrillos de suelo-cemento son una de tantas posibilidades que la construcción
natural ofrece para poder construir con bajos costos, cuidando el medio
ambiente y mejorando los estándares actuales de aislación en los tabiques de
una vivienda. El mismo suelo del terreno es el que se mezcla con una mínima
proporción de cemento, y por la presión que ejerce la máquina logra un ladrillo
de muy buenas propiedades.
En esta
etapa los ingenieros de INVAP trabajan en el diseño, una vez terminado ese
proceso los pibes del San José Obrero participarán de un taller de capacitación
en el que junto a un profesor la construirán. Una vez terminada se abre un
panorama más alentador aún desde lo social, con varios caminos posibles que
imaginamos: los pibes construyendo los ladrillos para las familias que lo
necesiten, o construyendo más máquinas para que se puedan prestar a las
familias o Juntas Vecinales,… el horizonte se amplía, porque se llena de
esperanza, siempre es mejor cuando nos pensamos en comunidad, en la que cada
uno pone su parte para que todos puedan ser parte.
Fernando
Fernández Herrero
Taller
Salesiano San José Obrero
En la foto
Omar Mastroianni y Emanuel Cifuentes del Taller San José Obrero
Alvaro de Villar del Ministerio de Desarrollo Social
Claudio Javier Rouillez de INVAP
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